sábado, septiembre 15, 2007

EL GRAN SIMÓN

El poeta Simón Zavala Guzmán (Guayaquil, 1943), trabajador incansable de la cultura en nuestro país (fundador de la SEDE y ahora asesor jurídico del Ministerio de Cultura, además de uno de los brazos derechos fuertes y "tucos" del Ministro-poeta Antonio Preciado) me obsequia dos bellos libros publicados en el extrajero.

Su libro "Grafías" traducido al inglés por el conocido Peter Thomas, en una bella edición cuidada por Roberto Bianchi de Uruguay y Nina Reis de Brasil, quienes guian aquella editorial ya conocida por muchos por los encuentros que suelen realizar en algunos países de America "Abrace".

El libro tiene un bello prólogo de Thomas y unas notas críticas de mucho rigor y peso. Sobretodo una de mi buena amiga argentina, la poeta Liliana Lukin, una de las voces más importantes de la poesía escrita por mujeres de su país en estos tiempos.

En "Grafías" se pueden identificar absolutamnete los hilos conductores de la poesía de Simón, ese halo cósmico que siemrpe han tenido sus textos, esa seriedad poética con que trata los problemas más emblemáticos y profundos del hombre. La impresión del libro fue en Uruguay. Simón me ha dicho que ya no va a volver a publicar en Ecuador, porque le interesa ganarse otros espacios. Espacios menos sicateros y egoístas. Bien por ello. He aquí una muestra:


ELEGIA PARA LA TIERRA PROFUNDA


Caes en mí como una intempestiva clave
del renacer del arrecife y su clamor sonoro
de un lejano y desterrado continente de tierra
que algún itinerante disipado ha olvidado
cráter de estalagmitas nieve jamás hollada
el paisaje ultimado a dentelladas se queda
en el ojo del ciego que se ha vuelto demente.

Hay que destruir este planeta
matar al mar cazar a la ballena. Pobre hombre terrícola.
Tu desalmado impulso te empuja hacia la muerte.
Mi desnudez asume el cálido color del sol
y sus destellos permanentes. Adorada mía
tierra profunda, constelación de papagayos astronautas,
con la luna perenne de todas tus mareas
entierro la locura. Tierra mía, hacedora de todas
las cosas de la vida
alguien tiene que saludar la épica de tus pedernales.

Déjame entonces que yo humano caracol
lleno de mar te diga:
bebo de ti la eternidad y existo.

El segundo libro que me ha obsequiado es una bella edición a dos voces. Por un lado esta él y por otro la poeta argentina Anamaría Mayol. Una voz muy sugerente. Pero en este libro el tema es el erotismo. Y Simón lo supo hace siempre bien por estos caminos pedregosos.
Suenan ya emblemáticos esos poemas casi denotativos que publicó ya hace algunos años ("Lascivos", Quito, 1991) y que sí hizo temblar la sensibilidad.

Ahora están en este libro, junto a otros inéditos, y junto a esta voz lírica de Anamarí Mayol. De ella leí su bello libro "poemas pájaros" (Ediciones El mono armado, Buenos Aires, 2006). Deliciosa poesía, candenciosa y melódica. Un ritmo de río, una sensualidad desprovista de imágenes soeces.
Se lee poemas cortos, como este de Mayol:

AMOR
Cayó el silencio
sobre mi vestido
me poblaste la piel
y los sentidos
tus ojos solo mar
y yo
tu oleaje

y de Simón este:

SIMBIOSIS

Un suspiro, un gesto de emoción,

una mirada jadeante que se clava

en el sutil espejo de la luna atada

a la ventana

sobre el papel amarillento el trazo firme

de un pulso que se eleva

espuela que quiere reencontrar con ansia

el paraíso de tu cuerpo

en la sábana incólume que vibra

en la penumbra

convergen tus pezones como dos

aguijones certeros que me muerden

en esta noche lúbrica de verdaderos

signos

donde somos una simbiosis de

profundidades abismales

lamiéndonos la vida

se abre tu sexo tibio

delta de muchas lechosas

madrugadas

en este abrazo final

en que la luz petrificada inunda

el silencio denso de la duda oculta

la cólera del fuego carcome la pasión

busca con sin razón

la curva tensa de un concepto

de una nueva manera de entender

lo infinito

de tu cuerpo y mi cuerpo

en el cataclismo de este amor

dos sombras se repelen

ebrias de un lujurioso desencuentro

trastabillan sobre la línea imaginaria

del retorno inasible

el abismo rotura sobre el espacio

inerte

dulce es la miel que bebes de mis

muslos

dulce la flor donde mi falo

estrecha tus caderas

no estás en mí ni estoy en ti

pero aún estamos

sobrevivientes de remotas

heridas

somos dos huesos tristes huyendo

del sueño que nos une.


Bien por el querdio Simón. Poeta genuino, renovador. Y sobretodo un gran ser humano.

No hay comentarios.: