martes, julio 13, 2010

EL FUTBOL



Nunca me gustó el fútbol, pese a que yo debí ser un idóneo fanático del deporte de multitudes, nunca me gustó. Mi padre fue jugador profesional del deporte del balompié y mi hermano el hincha más pujante y verdadero que he conocido en mi vida. Toda la infancia, toda la adolescencia pasaron preocupados frente a mi apatía futbolera. En mi generación aún no se podía entender como a un hombre con mis condiciones genealógicas no le podía gustar el fútbol. Sin embargo terminaron respetando mis intereses un tanto exóticos. Poco a poco fui jalando el molino hacia el lado intelectual, donde era una moda no gustar del noble deporte del gladiador contemporáneo. Muchos intelectuales, artistas, escritores son renuentes frente a la cultura futbolera. Sin embargo también hay otros que como buenos artistas, el fútbol es otra de las manifestaciones culturales que les apasiona. Llámese Eduardo Galeano, por ejemplo y su precioso libro “El fútbol a sol y sombra”. En nuestro país el hermoso y bien escrito libro de Galo Mora Witt “Un pájaro redondo para jugar” es otro ejemplo de fusión literatura/fútbol.


Las idea del escritor Jorgenrique Adoum de que visitando un estadio de fútbol puedes conocer una sociedad con todas sus virtudes y sus necesidades, sus valores y sus carencias, es verdadero. Un estadio de fútbol es un micro universo. EL fútbol goza de todos los placeres que goza el arte, pero con más pasión, aunque con más inmediatez. Solo por las obras de Shakespeare o de Goethe la gente se mató en su época, y también cuando una selección no tapa un penal o no lo mete, o pierden por algún absurdo movimiento el partido. El fútbol es la vida de la mayoría de la gente posmoderna. Y esto, según “la aritmética de los placeres” del gran filósofo Jeremy Bentham es lo que uno debe busca para ser feliz.


Sin embargo, y pese a cualquier pronóstico le he llegado a encontrar con el tiempo y las aguas, cierto gustito al futbol del mundial. Porque además es fácil satisfacerse o derrotarse frente a 22 jugadores que mueven al mundo, que frente a una obra de arte. Ni más ni menos.


1 comentario:

Marisa dijo...

Siempre me ha llamado la atención, el estar en medio del graderío, con gente que pulula llevando tu misma camiseta, con la pasión dolor que te inunda el momento del gol
No hay diferencias, un color nos ha unido

Gran blog..