miércoles, marzo 26, 2008

LA VOZ HABITADA


Son siete los que habitan esta VOZ. Pronto llegarán.Son bocas que hablarán para nosotros


lunes, marzo 24, 2008

Una nueva voz poética entra en la "camada" de los jóvenes poetas"


LUIS ESTEBAN JARA:

LA OTRA MARGEN

Conocí a Luís Esteban Jara en alguna tarde del año 2005. Cómplice como es la poesía de aquellos que la aman, la relación de los poetas es como una relación entre razas. Razón tenía la poeta española Gloria Fuertes en afirmar que los poetas se encuentran siempre, donde estén. Se huelen, tienen algo en común que la sociedad común no les puede brindar, entonces cuando se encuentran, una amistad nace. Aunque el círculo literario, en cualquier país del mundo, esté siempre ligado al conflicto y al ego, a las pasiones y a las rivalidades. Y esto sea porque la literatura es considerada por la sociedad de mercado como un trabajo inútil que lo único que hace es hacer feliz a su autor y a sus amigos, como bien nos recordaría el buen Kafka.

Lo conocí decía, en cualquier tarde y me enseñó con todo afán su poesía. El es, como diríamos en nuestra tierra, “bien entrador”. Entonces, sin miedo, sin temores, me leyó sus versos.

Lo primero que encontré en su discurso fue unas fortalecidas metáforas naturalistas, un ritmo interior y algún sonsonete externo, muchas lecturas de por medio (Luís Esteban está consciente que sin lectura, no hay escritura), y un espíritu revolucionario, una claridad en lo que quiere, una valentía vital. El poeta debe ser valiente para poder enfrentarse a las palabras y a sus conflictos que agraden a las sociedades chatas, convencionales y predecibles.

Creo que la literatura y el ser humano también, debe ser, sobre cualquier otra cosa, impredecible, de lo contrario no hay creación, no hay vida que resista al ser predecible, al que ya se lo sabe, como las malas películas norteamericanas, donde ya sabemos todo desde el inicio de los créditos hasta el final.

“La otra margen” su segundo libro de poesía es una especie de deuda de su primer poemario “Nudos resueltos”. Esos “nudos” necesitaron ser completamente resueltos en este segundo poemario donde ha llegado o quiere legar a la “otra margen”, tal y cual como nos dice Saramago en el precioso epígrafe que abre el poemario: “la otra margen es lo que importa”. Es lo que importa a Luís Esteban, a mí y a todos. Y es probablemente a lo que nunca lleguemos, pero es a lo que todos o casi todos queremos llegar. Eso es lo que importa, ese esfuerzo, ese sudor por alcanzar el otro lado. Este poemario es el puente del primero para alcanzar esa margen que se vislumbra. Entonces es probable que esa margen pueda ser el silencio. O la poesía en su máxima expresión o el amor, o la renuncia. Cualquier cosa. Y claro, como poeta, Luís Esteban nos insinúa ese otro lado, pero como él es un ser impredecible, no nos dice nada. Solo nos da una pista. Una pista vital que esta en este poemario.

“La otra margen” es un discurso vivo, alejado de la visión pesimista de la vida. Nada de muertos, nada de vericuetos trágicos, nada de terror. Tanto es así que para el poeta lo surreal, lo que está más allá de la realidad, es lo muerto, lo que no existe. Fijémonos en estos versos:

perderme en ti

como quien se adentra

en un paisaje surreal

de ceibos muertos

Lo que está muerto esta más allá de lo real. Solo lo vivo existe en la realidad para el poeta, se lo ve demostrado en el transcurso de los 64 poemas que conforman el libro que hoy bautizamos.

Su vivo discurso nos abraza en júbilo: por la gran cantidad de figuras naturalistas y paisajistas. Jara es un pintor en la poesía, utiliza con buena usanza, todos los mecanismos para alcanzar el buen tropo, la figura cósmica que asiente en el poema un diáfano y recurrente tema entre bucólico y urbano; entre etéreo y terrenal; entre romántico y modernista.

El mismo nos presenta los temas en que de desovilla el poemario:

Te traigo palabras de aliento

de desafío

una oportunidad

un reto

una conquista

un nuevo motivo para vivir

un horizonte

una aurora

te traigo el páramo

el valle y la calma

una aventura

un encuentro

una reconciliación

Y eso es lo que nos trae el poeta: aliento en sus palabras, sus conquistas con la lengua, con la naturaleza, y hasta, en sendos poemas, sus conquistas amorosas, sus recados epistolares de amor y amistad, que consigue universalizarlos sin que estos poemas se vuelvan cartas con destinatario seguro: Léase, por ejemplo, los poemas “Palmarés”, “Yana”, “Panamá al medio día”, “Última declaración”, entre otros.

Nos trae también, en este poemario “un nuevo motivo para vivir”, y pueden ser varios: Luís Esteban ama el Ecuador, este país lo asombra cada día, con su belleza cósmica, con su geografía extensa y extraña, con su clima embriagante, con sus mitos, con sus costumbres, con su feudalismo atrasado, con su revolución, con sus conquistas recién fabricadas, con su gente frenética. Luís Esteban crea en sus poemas postales, bellas postales a la patria, como esos versos del bello poema “Ecuatorianismos” en donde la voz poética dice:

Duerman tranquilos

descansen

mañana les tocará un largo día

de pelar verde y secar maíz en el olvido

Ese reiterado discurso de presentación de la Patria en sus comidas, en sus costumbres.
Buscando la novedad en la realidad y traspasando al meta lenguaje de la poesía.

Y la leche tibia sobre la mesa

también las habas y la sal

para aliñar nuevas conquistas…

En el poema que abre el libro y que ya les leí, Luís Esteban nos da el catálogo de sus preocupaciones. Las diferentes estancias en donde se aposentará nuestro espíritu lector con un poemario optimista.

Aunque a veces lo encuentro encerrado en ciertos visos modernistas: el ritmo y la forma se confunden y nos dan alguna música extraída de otro tiempo:

Duérmete niña bajo mi árbol

aunque sea de papel y no de mármol

Una postal a lo Rubén Darío salta en el poema “Si estas perdida” y nos conmueve y nos regocija con ese ritmo que parece decir que también en la poesía “cualquier tiempo pasado fue mejor”.

Aunque frente a su discurso novedoso no deje de extrañarnos cierto discurso formal y estrófico y cierta asonancia ligada al sonsonete, como en este mismo poema citado donde la voz poética dice a la niña perdida:

bríndame el silencio de tus manos

para darle a mis hojas tu sabor

dame tus colores

tu verano

los inciensos malheridos de tu amor

Discurso modernista que no desmaya. Y sale invicto por ese lado.

También encontré en el libro ciertas connotaciones románticas, ciertos guiños de ojos a los discursos del siglo XVIII donde el amor era tormenta y huracán puro, y donde el mundo era un llanto seco. Aunque Luís Esteban no nos hace llorar, y no pretende en lo mínimo ser un pesimista organizado, hay en algunos textos alma roída por el romanticismo naturalista:

…aquí te dejo esta carta

para que rías o llores

por el resto de tus días

una voz dentro de mí

me asegura un lugar en el espacio

tan cerca de esta herida

que sé que no llegará mi muerte

al menos no esta noche

vida mía

Y hasta poemas que estoy seguro servirían estupendamente, para ser musicalizados. El poema “Cambio” podría ser un bolero perfecto:

Te doy mi promesa rota

de noches no vividas

y amaneceres a solas

a cambio solo te pido

que dejes en paz mi sombra

que te esfumes del desierto

y te lleves la memoria

yo le contaré al viento

lo bello que fue nuestra historia

A cambio de estos recursos extraídos de los más profundos recovecos parnasianos de la poesía, sale en el mismo texto un Luís Esteban Jara vanguardista, que se atreve a hacer varias giros de forma en su discurso: por ejemplo, un poema en donde se conjuga tres idiomas al mismo tiempo, la sensibilidad de un discurso en inglés, francés y español; o el poema “Eme” en donde el poeta crea una voz poética que sostiene su discurso en palabras que comienzan con Eme. Un poema singular. Ninguno de los poemas de Jara lleva puntuación, sino que sabe muy bien la utilización del escarceo de versos y de las cesuras y pausas.

Luís Esteban también es un poeta al que lo podríamos considerar poeta social, por ejemplo los poemas “Nocturnidad”, “Origen” y “Siglo Diecinueve” nos afirman sus preocupaciones y su afinidad con la gente. Inclusive hay textos que resultan confesiones, llegando, inclusive a sacrificar el discurso poético (El poema “crisis existencial” lo confirma)

En lo que respecta al amor el poeta se extiende en las metáforas y la tropología se inunda de una bella atmósfera, Los poemas “brevedad”, “Debes”, “Quiero”, “Todavía”, entre otros lo confirman. Este es un amor que contempla la sensualidad, la diafanidad y la frescura de un amor total, puro y sin la transgresora figura del erotismo hosco.

Cósmico, epistolar, con cierto oído hacia lo prosaico y lo narrativo, su poesía es fuente del milagro de la otra parte que debe tener un poema. El silencio y el regreso de la palabra del lector. Eso que insinúa.

Quiero terminar analizando un poema de Luís Esteban que me encanta. Es el poema más corto del libro. El que menos dice y por lo tanto el que más induce a decir. En el texto “Vuelo 177” está el requisito de la poesía verdadera en su máxima expresión, decir algo que induzca a decir todo. El poema dice:

VUELO 177

la costa fue invadida por tu apellido

Ahí comienza y termina. Allí el lector es parte del texto. El título transparenta un viaje. Y no es otro vuelo que ese. El 177 que se lleva a alguien que la voz poética quiere recuperar. Y que atravesará en ese vuelo el mar y que por lo tanto estará más lejos, muchos más lejos, porque el mar es el separador por excelencia de todo. Y entonces esa mujer será ese avión, será luego el mar y será el recuerdo. A través de su apellido, que es su identificador mayor.

Tal como Huidobro, cuando dice en el monumental “Altazor”: “El mundo está amueblado por tus ojos”, aquí Jara se pasó, nos dejó el bello reto al lector de inmiscuirnos en la síntesis perfecta que es la poesía. Aquí no es lo que se dice tanto como lo que no se dice. El silencio es muestra de madurez.

Este poema está en la otra margen.

La poesía, Luís Esteban, es tu camino. O mejor dicho tú eres el camino de la poesía. Porque es ella que manda, tú solo repites y contemplas.

Ni más ni menos.


CARMEN VÁSCONES: triunfadora en concurso de poesía erótica


La poeta guayaquileña Carmen Váscones, gran amiga de este blog nos ha escrito a sus amigos un mail repleto de felicidad. Ella ha logrado el segundo premio en el Primer concurso Mundial de
Poesía Erótica, en la ciudad de Lima. 385 poemas pariticiparon en el evento. Haciéndose acreedora del primer lugar la poeta colombiana Aymer Waldir Zuluaga Miranda, de Medellín.
Carmen ha sido un incansable trabajadora de la poesía en el País.
Generosa, inteligente y con un alto sentido de respeto hacia el trabajo poético, nos ha demostrado su exquisita calidad en la poesía.
Mi abrazo enorme para ella. Mi cariño y mi estimación por su merecido premio.

domingo, marzo 23, 2008

Mas novedades de EL ANGEL

LA DECISIÓN DE MARÍA EULALIA COELLAR
EL ANGEL EDITOR, 2008
Prólogo de Sara vanegas Coveña

María Eulalia Coellar Delgado (Gualaceo-provincia del Azuay, 1949) es Licenciada en Comunicación y egresada de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Cuenca, ex catedrática de la Escuela de Periodismo de la misma. Miembro de la casa de la Cultura, Núcleo del Azuay, de la Academia Iberoamericana de Poesía y del Taller de Literatura de Sara Vanegas Coveña. Escribe también poesía y es autora de artículos y reportajes en revistas y periódicos de Cuenca y el país.


La sencillez, un diáfano y poético discurso y la síntesis son los compañeros de estilo de este libro inaugural de María Eulalia Coellar Delgado, escritora cuencana que nos entrega unos micro relatos (unas viñetas endulzadas de algún mínimo argumento sumergido en la profundidad de las palabras) que dicen mucho más de lo que está escrito, como debe ser la verdadera literatura.

En estos cuentos se fabrican mundos y personajes que crecen junto con el lector, desplegando un gama de formas que convergen en varios Leiv motivs: aquellos que forman los temas que han preocupado a todos: el amor, los otros, el mundo, la vida.

Textos de gran consistencia narrativa y lírica. Son relatos que nos acercan a un arte poética que define sencillez y maravilla, como el río que miraba Borges, que puede haber sido el mismo observado por Herálcito. Así son estos cuentos, repletos de verdad y poesía.

Lo que viene en EL ANGEL


ANA CECILIA BLUM:

El regreso de "La que se fue"


Casi 13 años hubo que esperar para que Ana Cecilia Blum nos regale un nuevo poemario. Pero la espera valió la pena. El tiempo se encargó de obsequiar a sus lectores un conjunto de versos límpidos y totales en este libro. Ana Cecilia decidió explorar otras tierras llevando a sus anchas la enorme sensibilidad que la ha caracterizado. Y "la que se fue" es una poeta, ahora, total.
Lo fue desde siempre. Su poesía marcó el ritmo de la novísima expresión poética de América Latina: novedad, precisión y síntesis. Ha dejado a un lado esa factura erótica (diáfana e impresionista): ahora la encontramos en un estado de absoluta madurez. Este poemario la ratifica como una poeta completa: gran halo expresivo, honda reflexión, imágenes siempre vivas, que redondean un lenguaje ligado al ritmo y a la complejidad de la sencillez: Este poemario dará que hablar a los críticos por su desprendimiento retórico y su expresividad desligada de las preceptivas típicas, así como de las novelerías crípticas que tanto daño hacen a la poesía verdadera.
Tres momentos poéticos tiene este texto. Tres tiempos y un solo trasfondo: demostrar poéticamente su extrañeza al sentirse extranjera, ese recurrente verso que añora y condensa las más finas líneas de reflexión. Una voz poética desarraigada que, poco a poco, va arraigándose al nuevo paisaje, a la nueva connotación, al nuevo amor que ahora canta y que sangra en ella como una explosión de mariposas en un campo desértico.
Las "tierras" ajenas, adentro y mejores redondean su camino de errante. Buscando la tierra prometida y hallándose ella misma. Entonces, no es la tierra lo que uno busca, sino a uno mismo en cualquier lugar. Lo peligroso es no hallarse, perderse en un mundo anormal, en sitios que la memoria no permite concentrarse. Doble mérito para una poeta que se hallo entre el frío, entre el desierto, entre el amor de nuevos territorios descubiertos. Ana Cecilia elevó anclas y se fue un día sin decir nada, sin pedir permiso. Y halló la poesía en medio de este oscuro sufrimiento que es la soledad y la incertidumbre.
La palabra la acompañó siempre. La poesía no se portó como una madrastra con ella, si no, más bien, fue su fiel aliada en las noches en que las "tierras ajenas" le negaban, precisamente, lo que extrañaba. Pero, una vez, "tierras adentro" se encontró y caminó con ella misma en forma de otro yo. Como el mismo Rimbaud cuando canalizó su "yo es otro". Más tarde, ya en esas tierras, hubo tiempos mejores, hubo el fruto de la armonía y la libertad. Entonces ahí se reencuentra la figura y el genio de una poeta que "se fue", pero carga en el equipaje de su añoranza a la poesía.
Un libro hermoso de comienzos de siglo. Un libro que estará firme en el tiempo y las aguas de las nuevas generaciones.
Ni más ni menos.

Ana Cecilia Blum (Guayaquil, 1972). Licenciada en Ciencias Políticas y Sociales por la Universidad Laica Vicente Rocafuerte. Fue tallerista de la Casa de la Cultura Núcleola Asistencia
Publicó en 1995 el poemario "Descanso sobre mi sombra".
Ha colaborado con algunos suplementos literarios del país. Desarrolló una intensa actividad literaria en su país no solo como escritora joven sino más aún como promotora cultural.
Sus textos poéticos se incluyen en diversas antologías nacionales y extranjeras. Ha sido ganadora de varios premios y menciones. Actualmente asiste a la Universidad Estatal de Colorado donde cursa estudios de Español. Reside entre Ecuador y los Estados Unidos. del Guayas. Ejerció por algunos años de Cátedra en Lenguaje y Comunicación a nivel Superior.



Novedades de EL ANGEL Editor


Nuevos titulos se presentan en el angel editor. El primero de ellos.

BLASFEMIA, la misoginia del Ateismo, de Santiago Hermosa
EL ANGEL Editor, 2008

Santiago Hermosa nos traslada con esta novela a la psicología de Damián, un extraño personaje inspirado en el factor común de las mentes psicópatas. El autor indagó por estos truculentos y oscuros senderos de la mente de un asesino, creando un personaje anti feminista, que nacerá del trauma de haber vivido con figuras femeninas fuertes y negativas, según el entender de su mente trastornada.
Blasfemia, la misoginia del ateísmo
es una novela que nace al juntar los componentes que logran que una persona se convierta en asesina. Está narrada en primera persona, a modo de autobiografía. Su trama es ligera y secundaria, relegada a los fuertes y profundos argumentos de carácter psicológico y filosófico de Damián para rebatir al fenómeno social que originó su mal: el Feminismo.
Si se quiere, esta sería la historia de cómo es que se podrían forjar, psicológicamente, los asesinos en la actualidad.
Santiago Hermosa nace en Otavalo, en 1980. Autodidacta consagrado. Apasionado de la economía, psicología, filosofía y política. Actualmente cursa estudios de economía en la Universidad Central del Ecuador. Sin embargo de algunos artículos publicados en el diario local, ésta es su primera experiencia literaria.