Leo, extrañadisímo, en la página de Eduardo Varas, en los comentarios, a propósito de Sabina, un recado en donde el escribiendte confiesa que odia a Sabina y a todos los trovadores latinoamericanos porque citan a Neruda. Luego, los comentaristas se ponen a indagar en Sabina las citas y se llega, entonces, a la conclusión de que ahora odiarán a Sabina y no le perdonaran "ese desliz".
Me pareció un poco gracioso, resulta casi la misma idea, que ahora está de moda, de decir a la gente "comunista", como un adjetivo peyorativo, y asustarse como si el comunismo exisitiera o hubiera existido alguna vez.
Neruda debe representar para estos lectores "posmodernos" y repletos de cliches esa parte de la izquierda trasnochada pero, pésele a quien sea, su poesía sigue viva, más viva que cualquier discurso posmoderno, digo yo.
Es como si alguien se pusiera a "sacarle el sucio" a García Márquez o a Joyce o a Faulkner. A ellos qué les puede importar eso si ya están más allá del bien y del mal. El sucio se saca haciendo obra. Sobre ellos, siempre sobre esos cimientos enormes y terribles.
Recuerdo que en un periódico de la capital, hace muchos años, un periodista cubano despotricó, en un artículo, sobre García Máruqez y su literatura "izquierdoza". ¿Qué intentaba el señor? El gusto nunca va precedido de una estética objetiva, sino de algo personal. Qué aporta aquello. Lo único que consiguió, que pese al fin es gracioso, es ser despedido del Diario debido a que el director del periódico era un socialista de cepa. Qué pensaría el joven cubano, que García Márquez leyera su texto y sus "consejos" fueran seguidos al pie de la letra.
Albeerto Fuguet odia a García Márquez pero no se ha encargado de despotricarlo si no de concebir una nueva obra que conlleve a librarse de ese fantasma enorme que es el realismo mágico y que tanto mal causó a los seguidoeres de Márquez, tratando de alcanzar la cumbre de su novela.
Alguna vez un pgran poeta ecuatoriano no incluyó en su antología a otro gran poeta por haber "trabajado en el gobierno de Febres Cordero". Así tampoco es el juego. Hay que ser limpios. Los gustos de unos no deben influir sobre las artes de nadie.
Volviendo al tema central, lo gracioso es el odio a Sabina gracias a que él ha leído y le gusta Neruda (y también García Márquez de quien es muy amigo).
Yo no soy ni comunista, ni socialista, ni nada por el estilo, pero como diría otro de mis gurus y maestros, Joan Manuel Serrat: "Si buscar la justicia para todos, querer que todos tengan un techo, comida, servicios de salud, si eso es ser comunista, entonces yo soy comunista." Y tambien lector de Neruda. Si eso es pecado, pecador soy.
domingo, noviembre 12, 2006
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1 comentario:
Y temas lamentables como esos seguirán ocurriendo, hace poco leí en facbook un comentario en el que un individuo (no recuerdo el nombre) decía que no quería saber nada de María Fernanda Espinoza, por el simple hecho de trabajar en el Gobierno de Correa... en fin cada loco con su tema, dice la canción. No ves que ser "comunista es malo" porque los gringos "que son los buenos" así dicen. Y como ellos son los que tiene toda la plata será de creerles, de caulqiuer manera que bueno que la literatura de García Márquez era izquierdosa, porque caso contrario nos hubieramos visto privados del fantástico tratamiento que le daba a la novela desde el punto de vista social. Que bueno que Sabina nombre a Neruda, porque eso significa que la poesía de Pablo sigue viva y que Sabina es un inteligente lector jeje...
Abrazos
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